China chana es una expresión que significa “andar poco a poco”. Se utiliza para describir que no importan las prisas, ni la dificultad, si no que siguiendo el camino china china se consiguen las metas.
En nuestra vida tenemos de todo: alegrías, penurias, objetivos, proyectos, logros, fracasos, etc. En referencia a la vida y la montaña o el deporte empecé a observar similitudes entre la filosofía del montañero y la vida misma. Estos pensamientos los maduré mientras subía uno de mis grandes objetivos personales “El Monte Perdido”, pico del Pirineo Aragonés en el Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Como no quería que esos pensamientos se los llevara el viento, aquí los comparto con todos. Podéis estar de acuerdo o no. Es una simple opinión de una servidora. No os cortéis en comentar. Juntos, construiremos un mundo mejor 🙂
1 – Mentalización: – ¿Ves esa cima? Pues no es, está detrás
Generalmente el objetivo no está visible. Hay que estar mentalizado de que aunque no lo veas, está ahí, y es alcanzable
2 – Saludos montañeros: ¡Hola! ¡Buenos días!
Posiblemente la mejor regla no escrita de la montaña es saludar a todos con los que te cruzas por el camino. Esta práctica inspira hermandad, compañerismo, ayuda, respeto, alegría, educación y paz. Tu camino para conseguir el objetivo será mucho más divertido y entretenido si compartes, ayudas al de al lado, conoces a nueva gente o simplemente sonríes.
3 – Fuerzas de la naturaleza: Se acerca una tormenta
Las fuerzas de la naturaleza o los imprevistos en nuestra vida, aparecen sin más. No avisan, son molestos, pueden ser devastadores, desaniman, rompen los esquemas, la rutina y en definitiva no sientan bien. Aunque no lo quieras, están afectando tu vida, tu forma de actuar, de comportamiento o productividad. ¿Qué haces? ¿qué hay hacer?
Aguantar el chaparrón. Lo aguantas lo mejor que puedas. Todos somos diferentes y por ello algunas personas lo llevan mejor, otras lo llevan peor. Lo que sí es cierto es que la tormenta pasa y saldrá el sol. Aunque todo se vea negro, lo mismo que vino, se irá. De hecho, lo siguiente por venir va a ser mucho mejor. Ten paciencia y los pies en la tierra.
4 – Saber dónde está el límite: – Voy a subir hasta el Monte Perdido corriendo – ¡Al igual lo subes majo!
Establecer metas imposibles ocasiona frustración, angustia y desesperación al no conseguirlo. Empieza con objetivos asequibles, poco a poco y superándote en cada paso. No te impacientes. China chana.
5 – No todos tenemos la misma capacidad: – Sube el monte como las cabras.
Asúmelo, el mismo esfuerzo con la misma preparación depende totalmente de la persona. Hay personas que tienen más facilidad y otras menos. No es motivo para desanimarse, sino para superarse dentro de nuestras limitaciones. El entrenamiento te dará la superación que estás esperando.
6 – Buen equipamiento: – Llevo botas de alta montaña, dos bastones, crampones, piolet, ropa de abrigo por si hace frío, etc.
Puedes alcanzar el objetivo sin ir totalmente equipado pero ¿es lo más efectivo? ¿ha sido seguro? ¿ha tenido consecuencias posteriores? Si no vas equipado en concordancia lo que puede pasar que te de más de un dolor , que tardes más tiempo de lo normal o algo mucho peor.
Por otro lado, lo que ocurre es que finalmente llevas mucha carga y no has llegado a utilizar la mitad.
Así son las cosas. Te puedes arriesgar a que no pase nada, ¿pero si pasa? ¿te compensa ir prevenido?
Lo primero que hay que hacer es informarse bien del camino y determinar las mejores decisiones.
7 – Las prisas no son buenas
Un topicazo pero cierto. Las prisas por lo general, no son buenas. Eso sí, si tienes una tormenta encima, ya puedes salir por patas.
El cómo van a afectar las prisas depende de la destreza de cada uno. Pueden salir bien o pueden salir mal.
Puedes arriesgarte para ver hasta dónde alcanzan tus posibilidades, pero si vas siempre con prisas, tenderás a caerte.
8 – Los atajos engañan: – No llegué al Ibón por culpa de pillar un atajo.
Los atajos son bonitos y preciosos, pero no son seguros ni fiables y pueden llevarte a no alcanzar el objetivo.
Como mentes inquietas que somos, nos gusta intentar saltarnos pasos, saltarnos un tema o ir al grano. Lo mismo que antes: puede salir bien, y otras mal. Si sale mal, hay deshacer lo hecho e iniciar otro camino. ¿hasta qué punto merece la pena riesgo?
Lamentablemente, los atajos son tan tan tentadores.
9 – Una retirada a tiempo es siempre una victoria: – Se acerca la tormenta. Es mejor volver.
No existen los fracasos, existe la cordura mental. Si no es alcanzable o viable, lo dejas, y punto. No está mal establecerse objetivos ociosos. Lo importante es finalmente saber decir NO y si ya se ha empezado, saber decir hasta aquí .
Es fácil decirlo, pero más difícil hacerlo. En ocasiones queremos conseguir algo con locura sin pararnos en pensar si es lo mejor para nosotros mismos. Arriesgar o retardar la decisión puede llevar a más frustración personar y no solo eso, que el equipo de la expedición salga perjudicado. Encontrar el equilibrio en esta decisión, creo que lo aporta la experiencia.
10 – Motivación y superación: Objetivo conseguido, ¿qué es lo siguiente?
Al final, lo que mueve tu vida, lo que impulsa tu día a día es la motivación personal. No hay mayor motivación que alcanzar el objetivo y superarse.
No importa si se repite, conseguirlo en mejor estado, en mejor forma, en mejor tiempo, o con un incremento de actividad, te va a llevar a una subida de adrenalina que engancha, ocasiona felicidad y una satisfacción indescriptible.
La vida puede parecer días de sol o puede parecer montañas; pueden parecer llanuras de flores o puede parecer tormentas.
¿Con qué hay que quedarse? Lo importante es disfrutar del camino y que si hay alguna complicación; respiremos, tomemos aire y continuemos hacia delante. Seguro que arriba, hay una vista preciosa esperándonos.